miércoles, 29 de junio de 2011

Moral y Educación



El mundo está cambiando a un ritmo potencial. Si queremos enfrentar exitosamente el desafío que constituyen los inquietantes cambios en ciencia, tecnología, comunicaciones y relaciones sociales, no podemos quedarnos con las “respuestas” del pasado; debemos confiar en los “procesos” que generan los nuevos problemas. El cambio se sucede tan rápidamente que las respuestas, conocimiento, métodos y habilidades se vuelven obsoletos casi en el momento en que los dominamos.

Esta situación no sólo implica elaborar nuevas técnicas educacionales, sino establecer una nueva meta. En el mundo que cotidianamente nos enfrentamos, el objetivo de la educación debe desarrollar individuos abiertos al cambio y con una verdadera capacidad de resolver la constante problemática que se presenta. Sólo dichas personas pueden enfrentar de manera constructiva las diferentes situaciones, donde los problemas prácticos – morales surgen con mucha mayor rapidez que las soluciones o respuestas. Es imposible concebir una moral sin pensar en la educación; ya que el ser humano no nace con determinada moral, sino que dentro de su proceso de desarrollo en la sociedad, se construye como agente moral, y la calidad de su construcción moral depende en gran medida de la calidad de educación que ha recibido.

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